Ningún paseo es igual a otro. En cada salida, el viajero comprende eso que tenemos los seres humanos, eso que sólo se reconoce con el contacto y que nos muestra que tan grande es el mundo, y que tan distintos somos quienes lo habitamos.

Medellín es la ciudad de Botero, del Metrocable, de los narcos, de la moda, de un millón de pobres y 100.000 ricos, de los carros plateados y los buses de colores, de la ropa en los balcones, de los olores de las frutas, de los venteros ambulantes, de los conciertos gratis, los motociclistas con chaleco, las ferias de todo, de las flores, la cerveza en la calle, los limpiavidrios en los semáforos, de las prepagos, la ciudad de la eterna primavera que cada día es más verano, la ciudad de ladrillo rojo y del olor a marihuana. Un hueco entre montañas con tantos significados como habitantes; y en estos tiempos de paz imaginada, con tantos viajeros como historias que se cuentan afuera.

Hace unos años, esa imagen del mochilero que no habla español caminando por cualquier calle nos era extraña. Hoy hay un montón de hostales de backpackers en la ciudad que siempre albergan a alguien, incluso se llenan. Para muchos de estos mochileros, que en su mayoría ya conocen toda América Latina, llegar a Medellín es como abrir la caja de Pandora; una página borrada de los paquetes turísticos pero recientemente escrita en las guías de viajeros. Ellos son los que le abren el camino a ese inmenso mercado del turismo; son los que nos ofrecen la posibilidad de volver a aparecer en el mapa por algo distinto a la historia que nos ha marcado.

Ayumu Shimada

Ayumu es un japonés de 30 años que llegó a Medellín después de vivir dos años en El Salvador y otros dos en Costa Rica. Periodista, realizador de video, vino a trabajar con una ONG que resultó ser una secta religiosa. Después de tres semanas de trabajo como voluntario llegó a mi casa donde se quedó tres semanas.


Feria de las flores

Escultura en La Alpujarra


Jardin Botánico
 

Museo de Antioquia

Cerro Nutibara


Sushi Express

Stencil

El Metro y Botero

Plaza Minorista


Metrocable


Granadilla

Gusano

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante este viajero Japonés, ya que tiene una mirada más detallada de lo que hay a su alrededor, pues si bien observamos los demás turistas simpre se llevan imagenes en general o de plano panoramico de la ciudad, contrario a este personaje encontramos imágenes en primer plano de lo que és medellín.

Att: Diego Galvis

Ana Isabel Lopera dijo...

Me parece interesante conocer las distintas miradas de los turistas cuando visitan a Medellín... de todos ellos, me gustaron las fotografías del japonés, el francés y la suiza. Se podría resaltar que no les falta la foto de las esculturas de Botero y que les atrae el mercado, los vendedores ambulantes y el metro.

Silvia Córdoba dijo...

Supongo Diego que la mirada también tiene que ver con el tiempo de permanencia en un lugar. Evidentemente él es el que más tiempo estuvo en Medellín, lo que le permitió recorrer lugares diferentes a los que visitaron los otros viajeros.

Camilo Jiménez dijo...

Al fin uno que tomó fotos distintas de las del metrocable y las esculturas de Botero. Cómo se reirá con los amigos allá en su país viendo la foto de Sushi Express o como se llame el shuzo ese.

Y a propósito, ¿qué pensarán de nosotros en Japón?

Muy bacano el blog, Silvia.

Dora Luz Muñoz dijo...

Pienso que las fotos son muy bacanas, pero hubieras sido más analítica entre las fotos que tomaron estos extranjeros de los mismos lugares y las sensaciones y sentimientos que les generó a ellos tomarlas. Hubiera sido mucho más interesante.

Dora Luz Muñoz Rincón

Daniel Calle dijo...

Silvia, interesante la propuesta de ver como los extranjeros ven la ciudad que visitan, de como lo que nosotros ni siquiera notamos, para ellos es tan peculiar. Me hubiera gustado leer impresiones de ellos en cuanto a las fotografias y que les dejó la visita a Medellin, sí les cambio la visión de ciudad o no.

Silvia Córdoba dijo...

Las impresiones de los viajeros las tengo cada vez que conversamos o nos tomamos una cerveza, por eso los recibo en mi casa, porque me gusta saber lo que piensan.
El objetivo de este blog es mirar de una manera desprevenida las fotos que toman; y ellas le dicen a uno cosas que son más que evidentes: que montan en metro y metrocable, van a la Plazoleta de Botero, les gustan las frutas y los mercados y que ocasionalmente encuentran color en situaciones y gente que nosotros no vemos.
El asunto de la imagen que nosotros creemos que los extranjeros tienen de Medellín es más un mito, una especie de paranoia colectiva que seguimos teniendo los locales; si tuvieran miedo o no les hubieran dicho que es una ciudad chévere, simplemente no vendrían, como no lo hacían hace un par de años.

 
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